El presidente Donald
Trump acudió a Miami no solo para
pronunciar un discurso cargado de una ofensiva y anticuada retórica, sino también para
escenificar un pésimo talk
show (espectáculo hablado) lleno de situaciones falsas, con
historias inventadas y, por supuesto, con publico actuado que lo hizo
sentirse cómodo con las alabanzas, porque allí estaba la flor y nata de una
mafia que necesitaba este reciclaje parturiente para volver a tener a la mano
la llave de la industria anticubana.
Trump no sabe lo que
ha hecho. Como muchos expertos aseguran no conoce bien con qué tipo de
individuos está tratando. Ha dejado que como dañinas sanguijuelas se peguen a
su organismo y le provoquen una bacteriemia. El teatro que lleva el nombre de
Artime, un connotado mercenario y terrorista, estaba lleno de gente frustrada
que buscan desesperadamente la confrontación entre los dos países en
beneficio de sus intereses particulares.
Este acto ha mostrado
que Trump ha sido engatusado y engañado por estos vividores. Lo primero es que
le han metido el cuento de que está en deuda con la comunidad cubana por haber
ganado Florida. Sus asesores deberían analizar y explicarle cómo se manifestó
el voto de los americanos de origen cubano en dichas elecciones, donde Hillary
Clinton recibió la mayoría de los votos de dicha comunidad.
Luego como si fuera
un episodio de humorismo, vinieron las menciones de las historias inventadas,
mezcla de ficción y melodrama.
Más de una sonrisa
sarcástica debe haber causado la teatralidad de llamar “heroicos” a los
mercenarios de la Brigada 2506, que se rindieron en menos de 72 horas a las
fuerzas revolucionarias. En la conformación de la brigada se incluían 110
latifundistas, 24 grandes propietarios, 67 casatenientes, 112 grandes
comerciantes, 194 ex militares y esbirros, 179 acomodados, 55 magnates
industriales, entre otros, que luego dijeron que fueron embarcados, amén de que
no pocos declararon que vinieron de “cocineros”.
Falsedad e invención
Fue “dramática” la
narración de la vida de Cary Ro-que, la señora que con tanta efusividad saludó
y abrazó el señor Trump. Roque ha vivido del cuento en Miami (que me perdonen
nuestros humoristas) victimizada cuando fue un lobezno disfrazada de ovejita,
porque en realidad cumplió privación de libertad tras
dedicarse en los primeros tiempos de la Revolución a la acción
contrarrevolucionaria del sabotaje y apoyo a las criminales bandas de alzados
que tanto terror causaron.
Luego vino el
espectáculo del violinista desafinado Luis Haza. Hizo la fábula del niño
obligado a tocar para los dirigentes de la Revolución, tal y como hizo su
padre, quien en realidad fue el repugnante criminal comandante de la policía
batistiana, Bonifacio Haza Gross, quien se dedicó en Santiago de Cuba a
desarrollar los métodos de aplicación de la tortura policial y el asesinato
masivo –entre ellos la participación en
el asesinato de Frank País–, y luego cuando el Ejército Rebelde entró gloriosamente
a esa ciudad, tuvo el descaro de ponerse un brazalete del 26 de Julio para
tratar de engañar y eludir sus crímenes.
Varios comentarios
han señalado como prueba de que Trump ha sido engañado la mención a una
amalgama de hechos que en vez de beneficiar a Estados Unidos, lo denigra, como la Operación Peter
Pan,
organizada por la CIA que separó a más de 48 000 pequeños de sus padres bajo el
supuesto argumento de que la Revolución quitaría la patria potestad. Esa
manipulación es repudiada por la mayoría de los que llegaron forzados a Estados
Unidos. Muchos de ellos siendo adultos han regresado a Cuba y mantienen
contacto con su país.
Igual la mención a las avionetas de Hermanos
al Rescate,
cuya responsabilidad cae por entero en la Administración
norteamericana de entonces que, por complacencia a ese pequeño número de
gente que tiene una línea dura en Miami permitió la escalada de violaciones y
no impidió tales provocaciones, que desembocaron en los trágicos
acontecimientos del 24 de febrero de 1996. Seguramente debe haberse estado
pavoneando de esa mención de Trump el mercenario de Playa Girón, José Basulto,
quien llevó conscientemente a sus compañeros a la muerte para lograr el
propósito que con tanta rimbombancia anunció ante la prensa de que la solución
al problema cubano era lograr un “Maine volante o aéreo” para promover una
reacción norteamericana capaz de desencadenar una acción militar directa contra
Cuba.
Era de esperar el
recordatorio de Trump a los mercenarios en Cuba, cuya mayoría desde luego
respalda esa nueva beligerancia o se quedan sin el dinero que reciben a cambio
de sus posturas políticas y actividades afines. Cualquiera que siga la ruta del
dinero que sale del contribuyente norteamericanos para estos propósitos, podrá
comprobar cómo se ha denunciado en los propios Estados Unidos, que mucha gente
de Miami sentada ante el presidente en el teatro Artime son beneficiarios de
esos presupuestos.
Chenche por chenche
Pero lo más patético
son las actuaciones del senador Marco Rubio y el representante Mario
Diaz-Balart, quienes han sido denunciados de canjear la integridad de Estados
Unidos por un cambio de política hacia Cuba. Dicho en buen cubano: “chenche por
chenche” (change for change).
Rubio calificó a
Trump de “estafador” cuando los dos se estaban postulando a la nominación
republicana, y luego prometió que sería el senador que podría necesitarse para
contrarrestar los poderes excesivos del Presidente, pero evidentemente el
asunto Cuba se convirtió en esencial en sus aspiraciones políticas para obtener
el respaldo político de la derecha política estadounidense más recalcitrante y
el apoyo financiero de los contribuyentes de la mafia de Miami y el soporte de
los lobbys anticubanos.
Se dice lleva meses
negociando con la Casa Blanca las medidas contra Cuba a cambio de apoyo, dada
su pertenencia al Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Además preside
del Subcomité para el Hemisferio Occidental y está en la Comisión de
Inteligencia que investiga la posible interferencia rusa en las elecciones y si
existen lazos con la campaña de Trump.
Los críticos de Rubio
lo acusaron a principios de mes de proteger a Trump en la comparecencia del ex
jefe del FBI James Comey. Dos noches antes, Rubio había cenado con el
presidente en la Casa Blanca.
Según comentaron los
analistas, antes de la inter-vención de Rubio, el testimonio de parte del
exdirector del FBI James Comey se había demostrado cada vez más condenatorio
con respecto al presidente Trump. Obstrucción de justicia fue algo que venía
fácilmente de todo lo abordado en la audiencia senatorial…, hasta que llegó el
turno a Rubio de hacerle preguntas a Comey.
Fueron
interpelaciones retóricas que ponían en duda las revelaciones de Comey. Rubio
cambió la atención y consiguió que Comey admitiera en público que el presidente
Trump “no se encontraba personalmente bajo investigación”.
En tanto, Mario
Díaz-Balart tras bambalinas aceptó el cortejo de la Casa Blanca para que votara
a favor de una nueva iniciativa de ley para sustituir Obamacare, pero buscando
seguridades de que Trump cumpliera su promesa de revisar la política de Obama
sobre Cuba.
Durante la
controversial votación de la ley de atención médica, Díaz-Balart fue secundado
por el congresista Carlos Curbelo, quienes en un criticado conflicto de
intereses, votaron en contra de la salud de sus electores para apoyar a Trump y
conseguir abolir la política hacia Cuba de Obama, que es una de sus
prioridades, y también su gran negocio personal.
Reacción mayoritaria contra el anuncio
La nueva relación
entre EE.UU. y Cuba ha funcionado durante más de dos años, y los beneficios son
obvios. Eso se aprecia no solo en el torrente de importantes personalidades
políticas e instituciones de diversas partes del mundo que critican el anuncio
realizado por el presidente Donald Trump, sino también la concertación de
fuerzas en desacuerdo hacia el interior de Estados Unidos
Según analistas
políticos, esta decisión atenta contra la política de Trump de “Estados Unidos
Primero” (America First),
pues sus medidas contra la isla perjudican también al país norteamericano.
Incluso, a una cuadra del teatro Artime hubo manifestaciones contra el fallo
del mandatario y por altavoces se declaraba que la mayoría de los cubanos
residentes en esa comunidad está en contra del bloqueo.
Analistas políticos y
económicos, senadores demócratas y republicanos, productores agrícolas y
organizaciones de defensa de los derechos humanos consideran que esa vía no
servirá para avanzar en ellos en Cuba, mientras el Proyecto de Seguridad de
Estados Unidos (ASP, por sus siglas en inglés), un grupo de pensamiento
no partidista manifestó en su página digital que el acercamiento entre ambos
países ha sido una gran lección de cómo la diplomacia eficaz puede construir la
seguridad nacional en el siglo XXI, a la vez que destacó que en los últimos dos
años se han logra-do progresos sustanciales en estos y otros ámbitos, con 22
acuerdos bilaterales y una coordinación práctica con el ejército estadounidense
y otros organismos.
El tema de la
seguridad nacional también se abordó en un documento que enviaron al
mandatario, previo a su anuncio en Miami, siete congresistas republicanos,
quienes advirtieron que revertir el proceso pondría en peligro esfuerzos para
combatir la trata de personas, el tráfico ilícito de drogas, el cibercrimen y
la identificación del fraude.
Dentro de los
numerosos senadores que se han ma-nifestado contrarios, sobresalen el
demócrata Mark R. Warner, vicepresidente del Comité de Inteligencia de la
Cámara alta, quien sostuvo que revertir el progreso en las relaciones
bilaterales envía un mensaje equivocado al mundo sobre el liderazgo
norteamericano.
A su vez, el
influyente senador Patrick Leahy manifestó que muchos años después del final de
la Guerra Fría Washington continúa imponiendo sanciones punitivas contra Cuba,
“una pequeña isla vecina que no representa ninguna amenaza para nosotros”.
Otro senador
republicano, Jeff Flake, estimó que cualquier cambio de política que disminuya
la capacidad de los estadounidenses para viajar libremente a Cuba no es en el
mejor interés de los norteamericanos ni de los habitantes de la isla. “Ya es
hora de que la dirección del Senado finalmente permita votar mi proyecto
bipartidista para levantar completamente estas restricciones arcaicas que no
existen para los viajes de los estadounidenses a cualquier otro país del
mundo”, instó.
La Ley de Libertad
para Viajar a Cuba había sido presentada en 2015 por ocho legisladores
republicanos y demócratas, pero nunca llegó a votarse en la sala. El más
reciente intento cuenta con 55 promotores. Flake está convencido de que se
aprobaría en la Cámara alta, de 100 escaños, con el apoyo de más de 70
miembros.
Entre otras voces que
se dirigieron recientemente al jefe de la Casa Blanca estuvieron las de más de
40 compañías y asociaciones que lo instaron a mantener y ampliar la expansión
de viajes a la isla, mientras des-de la coalición Engage Cuba un comunicado de James Williams,
el presidente del grupo de compañías, organizaciones y líderes locales
estadounidenses que pro-mueve el fin del bloqueo, expresó que “es una
locura la idea de que, después de 55 años de fracaso, volver a una política
aislacionista producirá resultados”.
El comunicado
consideró contradictorio, además, que Trump manifieste el deseo de apoyar al
sector privado de la isla y tome decisiones como las de impedir los viajes
individuales a Cuba, pues por lo general las casas particulares no pueden
acomodar grandes grupos de viajeros.
Igualmente, el
vicepresidente de políticas y campañas de Oxfam en Estados Unidos, Paul
O’Brien, señaló en otro comunicado que la decisión de Trump ‘es un ejemplo
preocupante’ de las cada vez más numerosas políticas que promueven el
aislacionismo general del país norteamericano. “Trump solo aislará a Estados
Unidos de relaciones interamericanas más fuertes, que beneficiarían a toda la
población de nuestro continente”, agregó.
Trump declaró que
respetaba la soberanía cubana, algo que para muchos analistas constituye una
ridícula hipocresía, pero la Declaración del Gobierno Revolucionario es clara:
no aceptaremos condicionamientos de ningún tipo, afrontaremos esta nueva
agresión y seguiremos persuadidos de que es posible, con sentido común,
tener entendimiento y alcanzar una mejor relación entre vecinos.
El presidente Donald
Trump acudió a Miami no solo para
pronunciar un discurso cargado de una ofensiva y anticuada retórica, sino también para
escenificar un pésimo talk
show (espectáculo hablado) lleno de situaciones falsas, con
historias inventadas y, por supuesto, con publico actuado que lo hizo
sentirse cómodo con las alabanzas, porque allí estaba la flor y nata de una
mafia que necesitaba este reciclaje parturiente para volver a tener a la mano
la llave de la industria anticubana.
Trump no sabe lo que
ha hecho. Como muchos expertos aseguran no conoce bien con qué tipo de
individuos está tratando. Ha dejado que como dañinas sanguijuelas se peguen a
su organismo y le provoquen una bacteriemia. El teatro que lleva el nombre de
Artime, un connotado mercenario y terrorista, estaba lleno de gente frustrada que
buscan desesperadamente la confrontación entre los dos países en
beneficio de sus intereses particulares.
Este acto ha mostrado
que Trump ha sido engatusado y engañado por estos vividores. Lo primero es que
le han metido el cuento de que está en deuda con la comunidad cubana por haber
ganado Florida. Sus asesores deberían analizar y explicarle cómo se manifestó
el voto de los americanos de origen cubano en dichas elecciones, donde Hillary
Clinton recibió la mayoría de los votos de dicha comunidad.
Luego como si fuera
un episodio de humorismo, vinieron las menciones de las historias inventadas,
mezcla de ficción y melodrama.
Más de una sonrisa
sarcástica debe haber causado la teatralidad de llamar “heroicos” a los
mercenarios de la Brigada 2506, que se rindieron en menos de 72 horas a las
fuerzas revolucionarias. En la conformación de la brigada se incluían 110
latifundistas, 24 grandes propietarios, 67 casatenientes, 112 grandes
comerciantes, 194 ex militares y esbirros, 179 acomodados, 55 magnates industriales,
entre otros, que luego dijeron que fueron embarcados, amén de que no pocos
declararon que vinieron de “cocineros”.
Falsedad e invención
Fue “dramática” la
narración de la vida de Cary Ro-que, la señora que con tanta efusividad saludó
y abrazó el señor Trump. Roque ha vivido del cuento en Miami (que me perdonen
nuestros humoristas) victimizada cuando fue un lobezno disfrazada de ovejita,
porque en realidad cumplió privación de libertad tras
dedicarse en los primeros tiempos de la Revolución a la acción
contrarrevolucionaria del sabotaje y apoyo a las criminales bandas de alzados
que tanto terror causaron.
Luego vino el
espectáculo del violinista desafinado Luis Haza. Hizo la fábula del niño
obligado a tocar para los dirigentes de la Revolución, tal y como hizo su
padre, quien en realidad fue el repugnante criminal comandante de la policía
batistiana, Bonifacio Haza Gross, quien se dedicó en Santiago de Cuba a
desarrollar los métodos de aplicación de la tortura policial y el asesinato
masivo –entre ellos la participación en
el asesinato de Frank País–, y luego cuando el Ejército Rebelde entró gloriosamente
a esa ciudad, tuvo el descaro de ponerse un brazalete del 26 de Julio para
tratar de engañar y eludir sus crímenes.
Varios comentarios
han señalado como prueba de que Trump ha sido engañado la mención a una
amalgama de hechos que en vez de beneficiar a Estados Unidos, lo denigra, como la Operación Peter
Pan,
organizada por la CIA que separó a más de 48 000 pequeños de sus padres bajo el
supuesto argumento de que la Revolución quitaría la patria potestad. Esa
manipulación es repudiada por la mayoría de los que llegaron forzados a Estados
Unidos. Muchos de ellos siendo adultos han regresado a Cuba y mantienen
contacto con su país.
Igual la mención a las avionetas de
Hermanos al Rescate,
cuya responsabilidad cae por entero en la Administración
norteamericana de entonces que, por complacencia a ese pequeño número de
gente que tiene una línea dura en Miami permitió la escalada de violaciones y
no impidió tales provocaciones, que desembocaron en los trágicos
acontecimientos del 24 de febrero de 1996. Seguramente debe haberse estado pavoneando
de esa mención de Trump el mercenario de Playa Girón, José Basulto, quien llevó
conscientemente a sus compañeros a la muerte para lograr el propósito que con
tanta rimbombancia anunció ante la prensa de que la solución al problema cubano
era lograr un “Maine volante o aéreo” para promover una
reacción norteamericana capaz de desencadenar una acción militar directa contra
Cuba.
Era de esperar el
recordatorio de Trump a los mercenarios en Cuba, cuya mayoría desde luego
respalda esa nueva beligerancia o se quedan sin el dinero que reciben a cambio
de sus posturas políticas y actividades afines. Cualquiera que siga la ruta del
dinero que sale del contribuyente norteamericanos para estos propósitos, podrá
comprobar cómo se ha denunciado en los propios Estados Unidos, que mucha gente
de Miami sentada ante el presidente en el teatro Artime son beneficiarios de
esos presupuestos.
Chenche por chenche
Pero lo más patético
son las actuaciones del senador Marco Rubio y el representante Mario
Diaz-Balart, quienes han sido denunciados de canjear la integridad de Estados
Unidos por un cambio de política hacia Cuba. Dicho en buen cubano: “chenche por
chenche” (change for change).
Rubio calificó a
Trump de “estafador” cuando los dos se estaban postulando a la nominación
republicana, y luego prometió que sería el senador que podría necesitarse para
contrarrestar los poderes excesivos del Presidente, pero evidentemente el
asunto Cuba se convirtió en esencial en sus aspiraciones políticas para obtener
el respaldo político de la derecha política estadounidense más recalcitrante y
el apoyo financiero de los contribuyentes de la mafia de Miami y el soporte de
los lobbys anticubanos.
Se dice lleva meses
negociando con la Casa Blanca las medidas contra Cuba a cambio de apoyo, dada
su pertenencia al Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Además preside
del Subcomité para el Hemisferio Occidental y está en la Comisión de
Inteligencia que investiga la posible interferencia rusa en las elecciones y si
existen lazos con la campaña de Trump.
Los críticos de Rubio
lo acusaron a principios de mes de proteger a Trump en la comparecencia del ex
jefe del FBI James Comey. Dos noches antes, Rubio había cenado con el
presidente en la Casa Blanca.
Según comentaron los
analistas, antes de la inter-vención de Rubio, el testimonio de parte del
exdirector del FBI James Comey se había demostrado cada vez más condenatorio
con respecto al presidente Trump. Obstrucción de justicia fue algo que venía
fácilmente de todo lo abordado en la audiencia senatorial…, hasta que llegó el
turno a Rubio de hacerle preguntas a Comey.
Fueron interpelaciones
retóricas que ponían en duda las revelaciones de Comey. Rubio cambió la
atención y consiguió que Comey admitiera en público que el presidente Trump “no
se encontraba personalmente bajo investigación”.
En tanto, Mario
Díaz-Balart tras bambalinas aceptó el cortejo de la Casa Blanca para que votara
a favor de una nueva iniciativa de ley para sustituir Obamacare, pero buscando
seguridades de que Trump cumpliera su promesa de revisar la política de Obama
sobre Cuba.
Durante la
controversial votación de la ley de atención médica, Díaz-Balart fue secundado
por el congresista Carlos Curbelo, quienes en un criticado conflicto de
intereses, votaron en contra de la salud de sus electores para apoyar a Trump y
conseguir abolir la política hacia Cuba de Obama, que es una de sus
prioridades, y también su gran negocio personal.
Reacción mayoritaria contra el anuncio
La nueva relación
entre EE.UU. y Cuba ha funcionado durante más de dos años, y los beneficios son
obvios. Eso se aprecia no solo en el torrente de importantes personalidades
políticas e instituciones de diversas partes del mundo que critican el anuncio
realizado por el presidente Donald Trump, sino también la concertación de
fuerzas en desacuerdo hacia el interior de Estados Unidos
Según analistas políticos,
esta decisión atenta contra la política de Trump de “Estados Unidos Primero” (America First), pues sus
medidas contra la isla perjudican también al país norteamericano. Incluso, a
una cuadra del teatro Artime hubo manifestaciones contra el fallo del
mandatario y por altavoces se declaraba que la mayoría de los cubanos
residentes en esa comunidad está en contra del bloqueo.
Analistas políticos y
económicos, senadores demócratas y republicanos, productores agrícolas y
organizaciones de defensa de los derechos humanos consideran que esa vía no
servirá para avanzar en ellos en Cuba, mientras el Proyecto de Seguridad de
Estados Unidos (ASP, por sus siglas en inglés), un grupo de pensamiento
no partidista manifestó en su página digital que el acercamiento entre ambos
países ha sido una gran lección de cómo la diplomacia eficaz puede construir la
seguridad nacional en el siglo XXI, a la vez que destacó que en los últimos dos
años se han logra-do progresos sustanciales en estos y otros ámbitos, con 22 acuerdos
bilaterales y una coordinación práctica con el ejército estadounidense y otros
organismos.
El tema de la
seguridad nacional también se abordó en un documento que enviaron al
mandatario, previo a su anuncio en Miami, siete congresistas republicanos, quienes
advirtieron que revertir el proceso pondría en peligro esfuerzos para combatir
la trata de personas, el tráfico ilícito de drogas, el cibercrimen y la
identificación del fraude.
Dentro de los
numerosos senadores que se han ma-nifestado contrarios, sobresalen el
demócrata Mark R. Warner, vicepresidente del Comité de Inteligencia de la
Cámara alta, quien sostuvo que revertir el progreso en las relaciones
bilaterales envía un mensaje equivocado al mundo sobre el liderazgo
norteamericano.
A su vez, el influyente
senador Patrick Leahy manifestó que muchos años después del final de la Guerra
Fría Washington continúa imponiendo sanciones punitivas contra Cuba, “una
pequeña isla vecina que no representa ninguna amenaza para nosotros”.
Otro senador
republicano, Jeff Flake, estimó que cualquier cambio de política que disminuya
la capacidad de los estadounidenses para viajar libremente a Cuba no es en el
mejor interés de los norteamericanos ni de los habitantes de la isla. “Ya es
hora de que la dirección del Senado finalmente permita votar mi proyecto
bipartidista para levantar completamente estas restricciones arcaicas que no
existen para los viajes de los estadounidenses a cualquier otro país del
mundo”, instó.
La Ley de Libertad
para Viajar a Cuba había sido presentada en 2015 por ocho legisladores
republicanos y demócratas, pero nunca llegó a votarse en la sala. El más
reciente intento cuenta con 55 promotores. Flake está convencido de que se
aprobaría en la Cámara alta, de 100 escaños, con el apoyo de más de 70
miembros.
Entre otras voces que
se dirigieron recientemente al jefe de la Casa Blanca estuvieron las de más de
40 compañías y asociaciones que lo instaron a mantener y ampliar la expansión
de viajes a la isla, mientras des-de la coalición Engage Cuba un comunicado de James Williams,
el presidente del grupo de compañías, organizaciones y líderes locales
estadounidenses que pro-mueve el fin del bloqueo, expresó que “es una
locura la idea de que, después de 55 años de fracaso, volver a una política
aislacionista producirá resultados”.
El comunicado
consideró contradictorio, además, que Trump manifieste el deseo de apoyar al
sector privado de la isla y tome decisiones como las de impedir los viajes
individuales a Cuba, pues por lo general las casas particulares no pueden
acomodar grandes grupos de viajeros.
Igualmente, el
vicepresidente de políticas y campañas de Oxfam en Estados Unidos, Paul
O’Brien, señaló en otro comunicado que la decisión de Trump ‘es un ejemplo
preocupante’ de las cada vez más numerosas políticas que promueven el
aislacionismo general del país norteamericano. “Trump solo aislará a Estados
Unidos de relaciones interamericanas más fuertes, que beneficiarían a toda la
población de nuestro continente”, agregó.
Trump declaró que
respetaba la soberanía cubana, algo que para muchos analistas constituye una
ridícula hipocresía, pero la Declaración del Gobierno Revolucionario es clara:
no aceptaremos condicionamientos de ningún tipo, afrontaremos esta nueva
agresión y seguiremos persuadidos de que es posible, con sentido común,
tener entendimiento y alcanzar una mejor relación entre vecinos.
Cubadebate: 19-06-17
Colaboración médica cubana extendida
a 162 países
Escrito por Iris de Armas Padrino,
Desde el inicio de la colaboración médica cubana, con la
primera brigada a Chile en 1960 a la fecha, suman casi 373 mil los
profesionales de la salud que han brindado su ayuda de forma altruista en 162
países.
La doctora Regla Angulo, miembro del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y directora de la Unidad Central de Colaboración
Médica, manifestó a la Agencia Cubana de Noticias que actualmente la mayor de
las Antillas está en 64 naciones con más de 42 mil colaboradores.
Cabe destacar que el Contingente Internacional de Médicos
Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve,
constituido el 19 de septiembre de 2005 por el líder de la Revolución cubana
Fidel Castro, ha estado presente en 21 países con 24 brigadas médicas.
La más reciente, integrada por 23 colaboradores, prestó sus
servicios durante dos meses y medio al pueblo peruano, en la zona de Piura,
afectada por intensas lluvias, donde atendió a más de 24 mil pacientes, de
ellos 987 enfermos confirmados de dengue, sin tener que lamentar pérdidas de
vidas humanas, refirió el doctor Rolando Piloto, al frente del colectivo.
Entre las mujeres en esa honrosa tarea estuvo la Licenciada
en Higiene y Epidemiología Ángela Estrella Catamalleta, quien labora en el Centro
Provincial de Higiene y Epidemiología de Guantánamo en la campaña
antivectorial.
Comentó a la ACN que esa es su primera misión y se la dedicó
al Comandante en Jefe Fidel Castro, al Presidente Raúl Castro, al Partido
Comunista de Cuba, al pueblo, a la familia y a los vecinos que de una forma u
otra también cooperan.
Quisiera decir tanto que a veces las palabras no aparecen,
cuando uno está satisfecho con el deber cumplido no sabe qué decir, allí
quedamos en los corazones del pueblo de Piura, en los dirigentes de esa ciudad,
remarcó muy emocionada.
La población carecía totalmente de los servicios médicos y
estaba desesperada; pero donde quiera que llegábamos respetamos el protocolo
que ellos tenían diseñado y con el trabajo nuestro se fue controlando la situación,
significó.
Cuando la brigada cubana se retiraba muchos pobladores de
allí lloraban y aclamaban que no nos fuéramos, manifestó la epidemióloga
guantanamera, quien junto a otros integrantes de la \"Henry Reeve\"
atendió a la población afectada por el dengue, enfermedades de la piel y otras
dolencias.
El contingente Henry Reeve ha brindado asistencia médica a
más de 3,5 millones de personas y ha salvado más de 80 mil vidas, según dijo
Roberto Morales Ojeda, titular del Ministerio de Salud Pública, en la décimo
séptima Asamblea Mundial de la Salud, efectuada en Ginebra en mayo último.
Allí recibió, junto al médico Félix Báez, quien se enfermó
de ébola en 2014, durante su participación en la Brigada Henry Reeve en Sierra
Leona, el Premio Memorial Lee Jong-wook que otorga la Organización Mundial de
la Salud.
El ministro ratificó la voluntad y disposición del
mencionado contingente de continuar cooperando sobre la base de la experiencia
y los resultados con todos los países que lo requieran, ante situaciones de
desastres y graves epidemias.
Cambios
en Cuba. 19-06-17
Esta
Cuba que salva no le conviene a Trump y a sus lacayos. Lo del maniático
neonazis-hitleriano-musolinico de la
Casa Blanca es matar 23 millones de criaturas por falta de un medico.
La
Habana, 22-06-17
Manuel
Trujillo Artiles.