Por:
Abdel Martínez Alonso (abdel0721@gmail.com)
Para la mayoría de
los cubanos que recibimos alguna que otra lección de Economía Política, el
fenómeno de los Monopolios está inevitablemente ligado a la Globalización
Neoliberal como medio ideal y propicio para la concentración, la reproducción y
la hipertrofia de las grandes corporaciones multinacionales. Siendo, por
definición u omisión, totalmente ajeno a nuestra sociedad socialista en la cual
los medios de producción están en poder del pueblo trabajador.
Sin embargo,
realizando una breve lectura de la más básica definición de Monopolio
encontramos que: Un monopolio (del griego monos ‘uno’ y
polein ‘vender’), es una situación de privilegio legal o fallo de mercado, en
el cual existe un productor (monopolista) que posee un gran poder de mercado y
es el único en una industria dada que posee un producto, bien, recurso o
servicio determinado y diferenciado.
Cualquier similitud
con nuestras bien conocidas Empresa de Telecomunicaciones de Cuba
S.A. (ETECSA), Cadena de Tiendas TRD CARIBE, CIMEX S.A., Unión Suchel,
y otros tantos ejemplos que seguramente los lectores encontraran, NO es pura
coincidencia. Y es que en la Cuba de hoy tal parece que las reglas de la
economía impulsan la formación natural de monopolios (suponiendo que monopolio
y natural no fueran términos contradictorios).
La abolición
estructural de la competencia, asumida como símbolo del capitalismo, unido a la
aplicación de políticas proteccionistas en la mayoría de los sectores de
nuestra economía, han traído consigo efectos colaterales que sufren,
inevitablemente, los consumidores (el mismo pueblo trabajador que tiene el
poder sobre esos medios de producción).
Precios invariables,
baja calidad y escasez de productos y servicios, son solamente aristas de un
problema mayor que está dado por el poco interés de las empresas en ser
competitivas o lo que es lo mismo: ineficiencia perpetua debido a que sus
actividades no están orientadas al cliente, que es transformado en usuario
perenne sin otras opciones de compra.
Hagamos un breve
estudio de casos:
Empresa
de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA): Único y exclusivo
proveedor de Servicios de Telecomunicaciones. Posee una política de precios
invariables y arbitrarios, plantillas infladas y una lenta e ineficiente
renovación tecnológica. Sin embargo, genera ingresos y es económicamente
“rentable”. ¿Cómo es posible semejante contradicción? Manteniendo un mercado
cautivo en el cual el consumidor tiene solo una opción, o paga los altos
precios de los malos servicios o simplemente no disfruta de los mismos. La
Atención al Cliente es un lema y son diarias las quejas publicadas en la prensa
que se resuelven cuando “suenan” y luego se repiten hasta que ocurra una nueva
“explosión”.
Cadena
de Tiendas TRD CARIBE y CIMEX S.A.: Ambas tienen
representaciónen toda Cuba. La primera con más de 2.000 puntos de venta,
incluidos Complejos Comerciales e instalaciones en el sector de hotelería y turismo.
Actualmente es la cadena líder en ventas del país, con una cuota de mercado de
más del 50%. Los dividendos restantes son prácticamente ocupados en su
totalidad por CIMEX S.A. Su
organización la integran más de 80 empresas, con 10 sucursales territoriales en
toda la Isla, y divisiones especializadas que comprenden amplios e importantes
sectores de la economía cubana. Ambas poseen productos y políticas de precios
similares que no obedecen a los intereses de clientes sino a cumplir planes de
ventas y a “recaudar divisas frescas”. Los resultados de la poca competencia
dentro de este mercado perpetuose traducen en escasa variedad de productos,
precios para bolsillos privilegiados y lenta rotación de sus inventarios, los
cuales permanecen años en almacenes sin ser depreciados.
Unión
Suchel: Fabrica y comercializa casi exclusivamente para el
mercado cubano productos de perfumería, aseo, cosmética decorativa, tratamiento
corporal y facial. No es necesario abundar mucho en los efectos negativos que
trae consigo depender de una única empresa para el abastecimiento de estos
productos de primera necesidad a todo un país. Solo destacar lo expresado por
Geanny Bello Campo, Director General de la Unión Suchel,
en un artículo publicado en el portal Cubadebate en fecha tan reciente como el
28 agosto de 2014. De acuerdo al funcionario, “el año 2013 fue muy
complejo para la industria ligera, por la poca disponibilidad de financiamiento
para cumplir algunos renglones concebidos en el último trimestre”.
Al parecer esta respuesta es suficiente para convencer a todos sus clientes de
la imposibilidad de asearse durante el año en curso, dada la dificultad de
adquirir productos de otros fabricantes en las tiendas del país.
No es que la
intervención del Estado mediante la planificación sea desacertada como
mecanismo de regulación económica, pero el control excesivo sobre la toma de
decisiones inherentes a las empresas imposibilita que estas se desarrollen en
un entorno competitivo, generando a su vez favoritismos y por ende, mercados
cautivos.
Las nuevas
prerrogativas otorgadas a los directores de empresa potencian su capacidad de
decisión pero aún constituyen un anacronismo dentro de un modelo de gestión
economía plagado de limitaciones. En lugar de definir estas atendiendo a principios,
ética o simplemente según su carácter organizativo, las nuevas medidas se
limitan a establecer un grupo de potestades para los directivos, las cuales son
insuficientes frente a las múltiples situaciones imprevisibles que seguirán
requiriendo la aprobación de los “de arriba”.
Las limitantes de
cómo y cuánto podemos hacer en nuestro modelo socio-económico están solo en
nuestras mentes, condicionadas por el temor a la competencia y a la libre
gestión empresarial. A modo de ejemplo, veamos como China en la rama de las
Telecomunicaciones ha logrado desarrollar un sector en el cual coexisten
empresas privadas y estatales, las cuales se desenvuelven y compiten en
igualdad de condiciones. Luego del 2008 en el gigante asiático existen tres
grandes proveedores de servicios, todos con inversiones de capital estatal y
privado:
· China
Mobile Communications Corporation: es el mayor operador de
telefonía móvil de China y del mundo por cantidad de abonados, posee el 70% de
los abonados domésticos. El gobierno chino controla el 70% de las acciones de
la empresa, siendo compartido el restante 30% por inversores públicos. La
empresa cotiza en la bolsa de valores de New York y Hong Kong.
· China
United Network Communications Group Co., Ltd: Controla el 20% de
los abonados en el país asiático. El gobierno posee el 40.92% de las acciones,
el resto es cotizado en las bolsas de Shanghai, New York y Hong Kong.
· China
Telecom Corporation Limited: Es el mayor proveedor de servicios de
telefonía fija y el tercer proveedor de telefonía móvil en China ocupando
actualmente el 10% del mercado. Nuevamente el gobierno chino es el accionista
mayoritario, siendo cotizadas el 17.15% de sus acciones en las bolsas de New
York y Hong Kong desde el año 2002.
El gobierno en todos
los casos retiene la mayoría de las acciones, por lo que sin importar cuál sea
la distribución de las ganancias, recibe sustanciales ingresos que luego pueden
ser revertidos en la actualización de la base tecnológica y proyectos de
desarrollo social, trazando las políticas generales a seguir.
Las empresas poseen
la independencia suficiente para tomar decisiones y proyectar estrategias de
mercado, compitiendo en igualdad de condiciones. Los clientes reciben un
servicio de calidad y tienen la opción de seleccionar aquel proveedor que logre
ofrecer el mejor servicio de acuerdo al poder adquisitivo de cada individuo. La
Atención al Cliente está garantizada pues cada abonado contratado es
importante, retenerlos y ofrecerles un servicio de calidad es prioridad, de no
hacerlo, simplemente estos optarán por acceder a los productos de la
competencia.
Estas y otras
experiencias similares, son las que deberíamos asimilar, adaptar a nuestras
condiciones y aplicar como parte del proceso de actualización económica. Poner
en la mira las necesidades de la población y propiciar el mejoramiento de la
calidad de vida de los cubanos es obligación del Estado. Retener mercados y
limitar la iniciativa empresarial solo generará más ineficiencia y corrupción,
en detrimento del bienestar social por el que todos los cubanos trabajamos y
deseamos disfrutar.
Cambios en
Cuba: 23-09-14