martes, 28 de abril de 2020

A TRUMP NO LE GUSTA LOS MEDICOS CUBANOS.



HAGAMOS UN HOMENAJE A ESTOS SALVADORES DE VIDAS CON LAS SIGUIENTES RECOPILACIONES DE DIFERENTES MEDIOS INFORMATIVOS.
“Una de las escenas del cine que más me emociona es cuando en "Pulp Fiction" uno de los personajes obliga acallar a su mujer a punta de pistola"
Donald Trump

Al respecto vamos a presentar algunos aspectos relacionado con el gusto de esta cosa indescifrable.
Es tanto el odio de estas gentuzas hacia la humanidad que son capaces de dejar morir a criaturas en cualquier parte del mundo.
Una mirada a la historia del funesto imperialismo yanqui, su Destino Manifiesto dispuesto por Dios y el contraste con la realidad…
Para los yanquis ser asesino es un mérito, siempre que sean ellos los protagonistas. Así se han comportado por siglos, desde el exterminio de los indios para robarle sus tierras, pasando por el arrebato a los mexicanos de más de la mitad del territorio de su país, por las mil invasiones a Centroamérica y el Caribe, por la voladura con potente bomba del acorazado Maine en la bahía de La Habana y el asesinato de sus propios marines para que ese acto criminal les sirviera de pretexto a su intervención en la guerra hispano cubana, hasta la guerra asesina y atroz contra el pueblo vietnamita, así como las bárbaras y criminales agresiones a Yugoslavia, a Afganistán, a Irak, a Libia y a Siria…
El Destino Manifiesto es una estrategia de los EE UU que explica e intenta justificar la forma y manera como debe entenderse su lugar en este el mundo, en relación con el resto de los países que lo integran.
A lo largo de la historia estadounidense, desde las trece colonias hasta nuestros días, el Destino Manifiesto ha mantenido la convicción nacional de que Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, es decir, una nación superior.
Lo de ellos es matar. ¡¡Matar!! ¡¡Matar!! ¡¡Y Matar!!
Si le llamamos hijo de puta podemos ofender a su madre. Si le llamamos hijo de perra podemos ofender a las pobres perras. Si le llamamos bestias salvajes podemos ofender a los animales salvajes. Si  lo comparamos con los cerdos, los cochinos pudieran sentirse ofendidos.
Todo lo anterior nombrado tiene sus propias senilidades  como tales  o es mejor que esta alimaña rara.
Pero pudiéramos encontrar alguna similitud  con Balsonaro de Brasil, Lenin Moreno en Ecuador, Pinochet en Chile. Salazar en Portugal, Franco en España, Mussolini en Italia, Hitler en Alemania o puede ser comparados con los Abascal, Aznar, Casado, Rajoy o hasta con el mismísimo Felipe González quien no se lleva paja y media de los anteriores nombrados en España.
Todos fascistas de altos quilates.
Prologo:
A  nadie nos debe sorprender que hayan presidentes con antecedentes delictivos, asesinos, genocidas, violadores de derechos humanos, narcotraficantes, paramilitares, homofóbicos, racistas, corruptos, ladrones o xenófobos. No creo que cualquiera de esas condiciones -algunas o todas- sea fundamento de asombro. Al revés, ello es consustancial con el sistema capitalista que arrastra todas esas lacras, por lo que poner a uno de los suyos en el más alto lugar de la administración es lo natural.
La democracia representativa como expresión política del sistema capitalista no es democrática ni es representativa. En los hechos, es una dictadura de los poderosos. Aquella idea de que la democracia es el gobierno de las mayorías dejó de ser una realidad, si es que en algún momento lo fue. Hoy, la mayor parte de los gobiernos del mundo son de minoría, habida cuenta que el sistema ha alejado a los votantes de las urnas con las consiguientes altas abstenciones que en muchos casos llega a 50% y más. En esa medida, los "líderes" son favorecidos con el apoyo de entre 20 y 30% de los electores, con lo cual se legaliza una democracia ilegitima, que se expresa cotidianamente en cualquier encuesta de opinión.
Pero a esta desgracia se ha venido a sumar una mucho peor y más peligrosa. Desde hace casi un siglo el mundo no se veía inmerso en el peligro de un liderazgo irracional, fuera de control que responde a situaciones de orden subjetivo que la política no puede manejar. Nos enfrentamos a la actuación sicopática de algunos dirigentes, en especial de Donald Trump.
Leyendo un artículo firmado por: Sergio Rodríguez Gelfenstein en el periódico digital “Aporrea” de 23-04-20
No dice:
“El sicólogo catalán Oscar Castillero Mimenza se propuso en un artículo descubrir las características psicológicas de Adolfo Hitler. Para ello se basó en los perfiles diseñados por el destacado sicólogo estadounidense Henry Murray quien realizara en 1943 el primer perfil sicológico de Hitler por encargo de la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos (OSS por sus siglas en inglés). El informe titulado: "Análisis de la personalidad de Adolf Hitler: con predicciones para tratar con él antes y después de la rendición de Alemania" es un referente obligado para este tema aunque sólo fue dado a conocer en 2004.
Castillero advierte -de la misma manera que lo hicieron todos los especialistas consultados para este artículo- que sin haber podido tener un tratamiento directo con el paciente, "la única manera de tratar de establecer algo semejante a un perfil psicológico es el análisis de sus discursos, sus actos y las ideas que transmitió a través de la escritura".
A partir del estudio de Murray, Castillero hace nueve consideraciones que emergen del estudio de personalidad del líder nazi:
1. Egolatría y complejo de Mesías.
2. Dificultades para la intimidad.
3. Sentimientos de inferioridad y auto desprecio.
4. Desprecio hacia la debilidad.
5. Perseverancia.
6. Carisma y capacidad de manipulación.
7. Teatralidad.
8. Obsesión por el poder.
9. Poca capacidad de empatía.
Así, todos los presidentes de Estados Unidos han incorporado en su discurso esta idea de ser el "pueblo elegido". Miles de religiosos desde sus púlpitos repetían junto a la también escritora estadounidense Harriet Beecher Stowe -famosa por su novela "La cabaña del tío Tom"- que "Dios creó a Estados Unidos para iluminar a toda la humanidad".
Su ego gigantesco, la suposición de que es merecedor de todos los elogios, además de sus apreciables manifestaciones de autoritarismo, prepotencia y arrogancia, su menosprecio por la gente, su necesidad de ser admirado y lisonjeado, su falta de empatía con personas incluso cercanas, su agresividad en el discurso y en su gesticulación van configurando un perfil que calza perfectamente con el de un paciente con rasgos sicopáticos. Así mismo, su ideología y comportamiento racista vienen desde la juventud considerando que su padre fue miembro activo del Ku Klux Klan.
Su discurso no coherente y los continuos cambios en sus convicciones, dan cuenta de una personalidad inestable lo cual es sumamente peligroso cuando se manejan capacidades y posibilidades que influyen en la vida de millones de personas, en este caso cuando se está hablando del hombre que preside el país más poderoso del planeta.
Él hace que Nixon parezca digno de confianza y George W. [Bush] parezca inteligente".
Para finalizar su descripción escribe que "si Frankenstein decidiera hacer un monstruo montado enteramente de defectos humanos, haría un Trump. Y si ser un idiota fuera un programa de televisión, Trump sería una serie".
Ahora veamos algunas acciones de Trump:
  1. Manifestó pública felicidad por el incremento de los pacientes contagiados por coronavirus en Irán.
  2. Aprobó la realización de maniobras militares en Europa, Bahréin, Colombia y el Caribe en el momento más álgido del coronavirus en Europa y Estados Unidos. No le interesó saber que la gripe española reportada por primera vez en Fort Riley (Kansas, Estados Unidos) en 1918 fue potenciada por la primera guerra mundial y llevada de América a Europa por un soldado estadounidense.
  3. Se transformó en el primer presidente que le declara la guerra bacteriológica a sus propias fuerzas armadas si se considera que esta decisión ha significado que además del "Theodore Roosevelt", los portaaviones "Ronald Reagan", "Carl Vinson" y "Nimitz" también tienen casos confirmados de coronavirus.
  4. Celebró la destitución del jefe del portaviones "Theodore Roosevelt" que había solicitado que sus marineros pudieran cumplir correctamente la cuarentena.
  5. Incitó a realizar manifestaciones en contra de los gobernadores demócratas que decretaron cuarentena y distanciamiento social, llamando a "liberar a Minnesota. Michigan y Virginia".
  6. Determinó arbitrariamente la apertura del comercio y las actividades deportivas cuando todavía el coronavirus se encuentra en su mayor apogeo.
  7. Amenazó con cerrar el Congreso de su país, si los parlamentarios no aprobaban las propuestas que él había hecho para designar nuevos cargos en la administración.
  8. Ordenó aprobar en el congreso una ley de apoyo a Taiwán que violenta los acuerdos sobre los que se sustentan las relaciones entre Estados Unidos y China, el mismo día que tuvo una conversación telefónica amistosa con el presidente Xi Jinping.
  9. Insistió sin pruebas en culpar a China de ser causante de la pandemia y a la OMS de ser cómplice de su propagación.
  10. Recomendó el uso de la hidroxicloroquina para el tratamiento del virus, contra la opinión informada de la OMS y de las propias autoridades de salud de su país, sólo porque es accionista del laboratorio francés que produce el fármaco. En Brasil le hicieron caso y se produjeron 11 muertes.
  11. Ordenó retirar el aporte monetario de Estados Unidos a la OMS, en pleno desarrollo de la pandemia
  12. Estimuló las compras de armas de los ciudadanos como instrumento de defensa previendo que la pandemia y la crisis que pueda producir generará masas disconformes que asalten los comercios y las viviendas.
  13. *Recomienda que se tome o se inyecte desinfectante por las venas para limpiar los pulmones y aplicarle dentro del cuerpo rayos de ultra violeta muy fuerte para combatir el virus COVID/19.
"Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto, en un minuto. ¿Hay alguna manera de que podamos hacer algo como una inyección?"
  1. *Rompió las relaciones diplomáticas con Cuba bajo la mentira de sonidos extraños que afectaron a los diplomáticos norteamericanos. Demostrándose científicamente que es un pretexto inconsistentes cuando también absurdo.
Saque Usted sus propias conclusiones.”
*Estos dos apartados se lo añade quien suscribe.
Jaime Alberto Moreno Mora, catedrático colombiano e investigador social en Ciencias Políticas, asegura que en el mundo postpandemia EEUU y sus socios, con sus poderosos medios de información, seguirían construyendo verdades virtuales o paradigmas para que no haya ninguna opción distinta al capitalismo, pero el nuevo nivel de conciencia que consigan los pueblos es lo que les permitirá reflexionar sobre la clase de alimañas, delincuentes y asesinos que los gobiernan

Red de Solidaridad con Cuba en Estados Unidos critica postura contra la medicina cubana

La Red Nacional de Solidaridad con Cuba y las casi cuarenta organizaciones estadounidenses que la componen, condenan enérgicamente esta falsa y engañosa caracterización de la solidaridad médica de Cuba por parte del gobierno de los Estados Unidos
En las últimas semanas, Cuba ha enviado cientos de profesionales de la salud a más de una docena de países de Europa, Asia, así como a países vecinos de América Latina y el Caribe.
Los profesionales cubanos integrantes del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, han sido recibidos con profundo agradecimiento, como se puede ver en varios vídeos de YouTube, donde se documenta su llegada y trabajo en Italia.
La reacción de EE.UU. a la respuesta humanitaria cubana ha sido más que vergonzosa e irresponsable. El Departamento de Estado de EE.UU. ha advertido a los países que no busquen ayuda de Cuba diciendo que “Cuba ofrece sus misiones médicas internacionales a los afectados con #COVID19 sólo para recuperar el dinero que perdió cuando los países dejaron de participar en el abusivo programa,"
La Red Nacional de Solidaridad con Cuba y las casi cuarenta organizaciones estadounidenses que la componen, condenan enérgicamente esta falsa y engañosa caracterización de la solidaridad médica de Cuba. Los cubanos estuvieron en Haití después del terremoto, en África combatiendo el Ébola, incluso ofreciendo ayuda a las víctimas estadounidenses del huracán Katrina.
Los Estados Unidos critican a Cuba, pero han sido incapaces de ofrecer cooperación médica o solidaridad a los países afectados que se enfrentan a la pandemia de COVID 19, ni ofrecer puerto seguro al crucero SM Brenan como lo hizo Cuba.

The Guardian: Trump pone a los médicos cubanos en la línea de fuego cuando aumenta su ataque a la economía de la isla

Por: Peter Beaumont y Ed Augustin
Después de que los aliados de EE.UU. expulsen misiones de salud extranjeras, La Habana advierte que los pacientes pagarán el precio más alto por la campaña contra su esquema
Un programa médico cubano que ha ayudado a algunas de las comunidades más pobres del mundo se ha convertido en el último objetivo de los intentos crecientes de la administración Trump de presionar la economía tambaleante de La Habana.
Conocida como "médicos cubanos", la célebre, aunque controvertida, misión médica humanitaria se fundó hace más de medio siglo a raíz de la revolución de Fidel Castro, en parte para aumentar la influencia internacional del país.
Actualmente activo en más de 60 países, el plan ha brindado atención médica en todo el mundo, desde pueblos indígenas amazónicos hasta residentes de barrios marginales en África y víctimas del terremoto de Haití en 2010.
Ahora su trabajo ha sido objeto de renovados disparos a través de una combinación de alegaciones, lideradas por Washington, que acusó a La Habana de usar a los médicos para socavar la democracia, especialmente en Venezuela, que alberga una de las misiones más grandes.
La Habana también ha sido acusada, en reclamos presentados por Washington, de "explotar" al personal médico enviado en las misiones. Un informe sugirió que las condiciones de trabajo, los bajos salarios y la coerción equivalían a "esclavitud moderna".
En respuesta, los funcionarios y analistas cubanos que han estudiado de cerca el trabajo de las misiones médicas, acusan a los Estados Unidos de utilizar los reclamos como cobertura de su política de estrangular la economía cubana con la esperanza de dañar el régimen de izquierda, al tiempo que advierten que los pacientes pobres serán las mayores víctimas.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, más de 600,000 integrantes del personal de salud cubano, incluidos médicos, enfermeras y técnicos, han sido enviados a más de 160 países desde la década de 1960.
Continuará…
¡¡VIVA LA REPUBLICA!!
Saludos republicanos.
La Habana 28-04-20
Manuel Trujillo Artiles.

jueves, 16 de abril de 2020

LA PANDEMIA DEMUESTRA LA NECESIDAD DE COOPERACIÓN PESE A LAS DIFERENCIAS POLÍTICAS.


Declaración del Minrex  CUBA.
- La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), creada el 15 de noviembre de 1999, en su acto inaugural Fidel expresó: "más que médicos serán guardianes de los más preciado del ser humano, apóstoles y creadores de un mundo más humano"
“Nuestro país no lanza bombas contra otros pueblos, ni manda miles de aviones a bombardear ciudades; nuestro país no posee armas nucleares, ni armas químicas, ni armas biológicas. Las decenas de miles de científicos y médicos con que cuenta nuestro país han sido educados en la idea de salvar vidas. Estaría en absoluta contradicción con su concepción poner a un científico o a un médico a producir sustancias, bacterias o virus capaces de producir la muerte a otros seres humanos.”
“Decenas de miles de médicos cubanos han prestado servicios internacionalistas en los lugares más apartados e inhóspitos. Un día dije que nosotros no podíamos ni realizaríamos nunca ataques preventivos y sorpresivos contra ningún oscuro rincón del mundo; pero que, en cambio, nuestro país era capaz de enviar los médicos que se necesiten a los más oscuros rincones del mundo. Médicos y no bombas, médicos y no armas inteligentes.”
Fragmentos del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe, en Buenos Aires, en mayo de 2003.

A continuación la nota del Ministerio de Relaciones Asuntos Exteriores (MINREX):

Declaración del Minrex
El impacto de la COVID-19 puede medirse ya y podrá evaluarse en el futuro por la impresionante cantidad de personas infectadas, por las cifras inaceptables de muertes, por el daño indiscutible a la economía mundial, a la producción, el comercio, el empleo y los ingresos personales de millones de personas. Es una crisis que rebasa con creces el ámbito sanitario.
La pandemia llega y se propaga en un escenario previamente caracterizado por la abrumadora desigualdad económica y social entre y dentro de las naciones, con flujos migratorios y de refugiados sin precedentes; en el que la xenofobia y la discriminación racial vuelven a aflorar; y en el que los impresionantes avances de la ciencia y la tecnología, particularmente en materia de salud, se concentran cada vez más en el negocio farmacéutico y la comercialización de la medicina, en vez de dirigirse a asegurar el bienestar y la vida saludable de las mayorías.
Llega a un mundo lastrado por patrones de producción y consumo que se sabe son insostenibles e incompatibles con la condición agotable de los recursos naturales de los que depende la vida en el planeta, particularmente en los países más industrializados y entre las élites de los países en desarrollo.
Antes de que se identificara al primer enfermo, había 820 millones de personas hambrientas en el mundo, 2 mil 200 millones sin servicios de agua potable, 4 mil 200 millones sin servicios de saneamiento gestionados de forma segura y 3 mil millones sin instalaciones básicas para el lavado de las manos.
Ese escenario resulta más inadmisible cuando se conoce que a nivel global se emplean al año unos 618 mil 700 millones de dólares estadounidenses solo en publicidad, junto a un billón 8 mil millones de dólares estadounidenses en gasto militar y de armamentos, que resultan totalmente inútiles para combatir la amenaza de la COVID-19, con sus decenas de miles de muertes.
El virus no discrimina entre unos y otros. No lo hace entre ricos y pobres, pero sus efectos devastadores se multiplican allí donde están los más vulnerables, los de menos ingresos, en el mundo pobre y subdesarrollado, en los bolsones de pobreza de las grandes urbes industrializadas. Se siente con especial impacto ahí donde las políticas neoliberales y de reducción de los gastos sociales han limitado la capacidad del Estado en la gestión pública.
Cobra mayores víctimas donde se han recortado los presupuestos gubernamentales dedicados a la salud pública. Provoca mayor daño económico donde el Estado tiene pocas posibilidades o carece de opciones para salir al rescate de quienes pierden el empleo, cierran sus negocios y sufren la reducción dramática o el fin de sus fuentes de ingresos personales y familiares. En los países más desarrollados, produce más muertes entre los pobres, los inmigrantes y, específicamente en Estados Unidos, entre los afroamericanos y los latinos.
Como agravante, la comunidad internacional afronta esta amenaza global en momentos en que la mayor potencia militar, económica, tecnológica y comunicacional del planeta despliega una política exterior dirigida a atizar y promover los conflictos, las divisiones, el chovinismo y posiciones supremacistas y racistas. 
En instantes en que enfrentar globalmente la pandemia requiere impulsar la cooperación y estimular el importante papel de las organizaciones internacionales, particularmente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el actual gobierno de los Estados Unidos ataca al multilateralismo y busca descalificar el reconocido liderazgo de la OMS. Continúa, además, en su mezquina intención de aprovechar el momento para imponer su dominación y agredir a países con cuyos gobiernos tiene discrepancias.
Son ejemplos ilustrativos las recientes y graves amenazas militares contra la República Bolivariana de Venezuela y la proclamación anteayer, por parte del presidente de los Estados Unidos, del Día y la Semana Panamericanos del 14 al 18 de abril, acompañada de declaraciones neocoloniales e inspiradas en la Doctrina Monroe contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, en recordación de la Conferencia Panamericana, condenada hace 130 años por José Martí. Por esos mismos días, se produjeron, en 1961, los combates de Playa Girón.
Otro ejemplo es el ataque inmoral y persistente contra el esfuerzo cubano de brindar solidaridad a aquellos países que han solicitado cooperación para enfrentar la COVID-19. En vez de dedicarse a promover la cooperación y estimular una respuesta conjunta, altos funcionarios del Departamento de Estado de ese país dedican su tiempo a emitir declaraciones de amenaza contra aquellos gobiernos que, ante el drama de la pandemia, optan soberanamente por solicitar ayuda a Cuba.
Estados Unidos comete un crimen y lo saben sus funcionarios cuando, al atacar en medio de una pandemia la cooperación internacional que brinda Cuba, se propone privar a millones de personas del derecho humano universal a los servicios de salud.
La dimensión de la actual crisis nos obliga a cooperar y a practicar la solidaridad, incluso reconociendo diferencias políticas. El virus no respeta fronteras ni ideologías. Amenaza la vida de todos y es de todos la responsabilidad de enfrentarlo. Ningún país debería asumir que es suficientemente grande, rico o poderoso para defenderse por sí solo, en aislamiento y desconociendo los esfuerzos y las necesidades de los demás.
Es urgente compartir y ofrecer información de valor y confiable.
Hay que dar los pasos que permitan coordinar la producción y distribución de equipamiento médico, medios de protección y medicinas, con un sentido de justicia. Aquellos países con mayor disponibilidad de recursos deben compartir con los más afectados y con los que llegan a la pandemia menos preparados.
Con ese enfoque se trabaja desde Cuba. Con él se intenta aportar la humilde contribución de una nación pequeña, con escasas riquezas naturales y sometidas a un largo y brutal bloqueo económico. Hemos podido acumular durante décadas experiencia en el desarrollo de la cooperación internacional en materia de salud, reconocida generosamente por la Organización Mundial de la Salud y nuestras contrapartes.
En las últimas semanas, hemos respondido a solicitudes de cooperación sin detenernos a evaluar coincidencias políticas o ventajas económicas. Hasta el momento, se han destinado 21 brigadas de profesionales de la salud para sumarse al esfuerzo nacional y local de 20 países,   que se añaden o refuerzan a las brigadas de colaboración médica en 60 naciones, que se han incorporado al esfuerzo de combatir esta enfermedad en donde ya prestaban servicios.
También hemos compartido algunos de los medicamentos producidos por la isla que, según nuestra práctica, tienen eficacia probada en la prevención o el tratamiento de la enfermedad.  Adicionalmente, nuestro personal médico ha participado desde Cuba y vía teleconferencias en consultas y debates sobre tratamientos específicos para pacientes o grupos particulares de estos en varios países.
Ese esfuerzo se lleva a cabo sin descuidar la responsabilidad de proteger a la población cubana, lo cual se cumple con rigor pese a las inmensas limitaciones que impone el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos. Todo el que desee conocer, encontrará los datos que sustentan esta afirmación, pues son públicos. Todo el que tenga un ápice de decencia, comprenderá que el bloqueo plantea a Cuba una presión extraordinaria para garantizar los insumos materiales y los equipos que sostienen el sistema de salud pública y las condiciones específicas para enfrentar esta pandemia.
Un ejemplo reciente fue el de un cargamento de ayuda procedente de China que no pudo trasladarse a Cuba porque la empresa transportista alegó que el bloqueo económico de los Estados Unidos se lo impedía. Frente a él, altos funcionarios del Departamento de Estado han tenido la desvergüenza de declarar que los Estados Unidos sí exportan a Cuba tanto medicinas como equipos médicos.  No son capaces, sin embargo, de respaldar esas falsedades con un solo ejemplo de alguna transacción comercial entre los dos países.
Es sabido y está más que fundamentado que el bloqueo económico es el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba, para la prosperidad del país y para el bienestar de los cubanos. Esa dura realidad, que se debe única y exclusivamente a la empecinada y agresiva conducta del gobierno de los Estados Unidos, no nos impide ofrecer nuestra ayuda solidaria. No la negamos a nadie, ni siquiera a ese país que tanto daño nos provoca, si fuera el caso.
Cuba tiene el convencimiento de que el momento reclama cooperación y solidaridad. Sostiene que un esfuerzo internacional y políticamente desprejuiciado para desarrollar y compartir la investigación científica y para intercambiar las experiencias de diversos países en la labor preventiva, la protección de los más vulnerables y las prácticas de conducta social, ayudará a acortar la duración de la pandemia y a reducir el ritmo de las pérdidas de vidas. Cree firmemente que el papel y el liderazgo de las Naciones Unidas y de la Organización Mundial de la Salud son imprescindibles.
La expansión viral se detendrá eventualmente, más rápido y con menos costo, si actuamos de conjunto. 
Quedará entonces la crisis económica y social que viene provocando a su paso y cuyas dimensiones nadie es capaz de vaticinar con certeza.
No puede esperarse a ese momento para aunar voluntades en aras de superar los grandes problemas y amenazas que encontraremos y responder a los que arrastramos desde antes que la pandemia comenzara a cobrar las primeras vidas.
Si no se garantiza para los países en desarrollo el acceso a la tecnología que suele concentrarse en los países más industrializados, incluyendo especialmente en el ámbito de la salud, y si estos no se disponen a compartir sin restricciones y egoísmos los avances de la ciencia y sus productos, la inmensa mayoría de la población del planeta quedará tan o más expuesta que hoy, en un mundo cada vez más interconectado. 
Si no se eliminan las medidas económicas coercitivas motivadas por razones políticas contra países en desarrollo y si a estos no se les exonera la agobiante e impagable deuda externa y se les libra del tutelaje despiadado de las organizaciones financieras internacionales, no se podrá confiar en la ilusión de que habrá una mejor capacidad de respuesta a las desigualdades económicas y sociales que, aun sin pandemia, matan cada año a millones, sin discriminar niños, mujeres o ancianos.
La amenaza a la paz y la seguridad internacional es real y las agresiones constantes contra determinados países la agravan.
Es muy difícil esperar que el fin eventual de la pandemia conducirá a un mundo más justo, más seguro y más decente si la comunidad internacional, representada por los gobiernos de cada país, no se apresura desde ahora a conciliar y adoptar decisiones que hasta el momento han demostrado ser tercamente evasivas.
Quedará también la incertidumbre sobre cuán preparada estará la Humanidad para la próxima pandemia. 
Aún es tiempo de actuar y de movilizar la voluntad de los que hoy tienen la responsabilidad de hacerlo.  Si se deja para las futuras generaciones, podrá ser demasiado tarde.
La Habana, 16 de abril de 2020
Granma: 16-04-20
¡¡VIVA LA REPUBLICA!!
Saludos republicanos.
La Habana: 16-04-20
Manuel Trujillo Artiles.