Iroel Sánchez
Por
cuarta vez en un mes The New York Times publicó un editorial pidiendo
cambiar la política de Washington hacia Cuba. El de este domingo solicita al
presidente Barack Obama un canje entre el “contratista” Alan Gross preso en Cuba y los tres antiterroristas cubanos del
grupo de Los Cinco condenados injustamente en EE.UU.
Paralelamente,
el Coronel Lawrence
B. Wilkerson,
ex Jefe de gabinete de Colin Powell en el Departamento de Estado, ha
enviado una carta en que dice a Obama: “Pida disculpas al pueblo cubano y a
nuestros ciudadanos y, sobre todo, a los Cinco cubanos y sus familias. Escuche
a “los mejores ángeles de nuestra naturaleza” y ponga a los Estados Unidos de
vuelta del lado de la justicia.”
5 de Noviembre, 2014Presidente Barack Obama
The White House
1600 Pennsylvania Avenue NW
Washington, DC 20500
Estimado Sr. Presidente,
Es
tiempo de corregir una injusticia que está en su poder enmendar. Esta
injusticia habla mayormente sobre el sistema de justicia estadounidense, el
record de Estados Unidos sobre Derechos Humanos y más importante, la vida de
cinco hombres cuya dedicación a la seguridad de su propio país frente a ataques
terroristas debe ser admirado y respetado, no castigado. Sin duda Ud. ha
escuchado sobre estos hombres: Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labaniño
Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González
Sehwerert. El mundo los conoce como “Los Cinco Cubanos”.
Dos
de estos hombres están hoy fuera de la cárcel, dos más podrían salir en
libertad en un futuro lejano y uno de ellos nunca podrá ver el amanecer de un
día en libertad. He intentado visitarlo – sin éxito – en la prisión de máxima
seguridad de Victorville, California, se trata de Gerardo Hernández.
Aunque
no pude visitarlo, un colega confiable que me acompañó, el fallecido Saúl
Landau, pudo hacerlo y me informó que Gerardo permanece más firme y determinado
que nunca pero aún sorprendido ante la falta de acción por parte de la supuesta
democracia más grande del mundo.
Los
Cinco cubanos sufrieron una terrible injusticia cuando fueron arrestados en
1998. Después de sus arrestos permanecieron 17 meses en confinamiento
solitario. El juicio se llevó a cabo en Maimi, Florida y en el 2001 fueron
sentenciados a largos años de prisión. Mínimamente a nivel legal, el juicio en
Miami debió haber sido cambiado a otra sede.
Los
argumentos de cambio de sede no solo eran persuasivos sino que fueron
confirmados ampliamente cuando tres jueces de la Corte de Apelaciones de
Atlanta, votaron a favor de un cambio de sede. Más tarde, sin embargo, esta
decisión fue revertida cuando el poder político de la administración de Bush –
una administración en la que he servido – obligó al pleno de la corte a
reconsiderar la decisión del panel de tres jueces y votar diferente,
ratificando la sentencia de dos de ellos y enviando el caso de los otros tres a
la corte para ser re-sentenciados. La corte reconoció que estaban mal aplicadas
las guías de sentencia y redujo brevemente sus condenas.
Pero
hay más, mucho más. De hecho, en la actualidad existen indiscutibles pruebas de
que los Cinco no eran culpables de los cargos presentados contra ellos en
primer lugar. La política que rodeó al juicio estaba en manos de la línea dura
de sectores cubano-americanos en la Florida así como en el Congreso de Estados
Unidos. Sin sus flagrantes interferencias en el curso de la justicia, el juicio
nunca hubiera tenido lugar.
Por
otra parte, el gobierno invirtió miles de dólares de los contribuyentes para
pagarle a periodistas en Miami para que escribieran artículos condenatorios,
para influenciar al jurado y predisponer a la opinión pública a un veredicto de
culpabilidad.
Este
juicio fue un pago político a los cubanos-americanos intransigentes, y cada
persona en los Estados Unidos y en todo el mundo que presta atención a este
caso lo sabe. De hecho, usted también lo sabe, señor Presidente.
Este
juicio es una mancha en la estructura misma de la democracia de los Estados
Unidos. Este juicio envía una señal clara a todo el mundo – que nos juzga no
como nosotros nos juzgamos, sino por nuestros actos.
Usted,
señor Presidente, no puede borrar esta mancha; ha pasado mucho tiempo y muchos
años han sido robados de las vidas de estos hombres. Pero usted puede
mitigarla, puede hacerla menos dolorosa. Y en última instancia, usted puede
limpiar la reputación de nuestro sistema de justicia, y en el caso de Gerardo y
los otros dos hombres todavía en prisión, puede concederles su libertad.
El
Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, en mayo de
2005, declaró que el encarcelamiento de los Cinco cubanos es una violación del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, poniendo a Estados Unidos
junto a algunos de los países más atroces en la tierra. El grupo de trabajo
pidió que Estados Unidos tome medidas para remediar la situación. Usted, señor
Presidente, puede hacerlo.
Señor
Presidente, usted dijo que “tenemos que mirar hacia adelante en vez de mirar
hacia atrás”. Pero en ciertos casos, eso es incorrecto y usted lo sabe. ¿Quiere
que no miremos a nuestra guerra Civil? ¿A los estragos de la esclavitud que la
condujo? ¿A la esclavitud económica de un siglo que siguió a la guerra? ¿Al
racismo de nuestro pasado – un racismo que aún nos azota hoy? No lo creo. Y
usted no debe negar la necesidad de mirar hacia atrás, revisar y revertir la
burla de este juicio.
Tome
acción, señor Presidente. Deje en libertad inmediatamente a los tres restantes
miembros encarcelados de los Cinco cubanos. Admita públicamente la flagrante
injusticia hecha a todos ellos y elabore las razones. Pida disculpas al pueblo
cubano y a nuestros ciudadanos y, sobre todo, a los Cinco cubanos y sus
familias. Escuche a “los mejores ángeles de nuestra naturaleza” y ponga a los
Estados Unidos de vuelta del lado de la justicia.
Respetuosamente,
Lawrence
B. Wilkerson
Ejército
de los EE.UU
*Lawrence
Wilkerson, Distinguido Profesor Visitante de Política Pública y de Gobierno en
la Universidad de William y Mary en Williamsburg, Virginia. Del 2002 al 2005
ocupó el cargo de Jefe de gabinete de Colin Powell en el Departamento de
Estado. El coronel (r) Wilkerson sirvió durante 31 años al ejército de los EE.UU desde 1966 a 1998.
¡¡LIBERTAD
PARA LOS TRES HÉROES (YA TENEMOS DOS EN CASA) CUBANOS PRESOS EN LAS CÁRCELES DE
LOS ESTADOS UNIDOS POR LUCHAR CONTRA EL TERRORISMO!!
Tomado de: “Cambios en Cuba”: 03-11-14
La
Habana 04-11-14
Manuel Trujillo Artiles.
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