No
olvidemos que este domingo habrá debate de candidatos. En la primera ocasión,
hace dos semanas, se produjo uno que causó conmoción. El señor Trump que se
suponía un capacitado experto quedó descalificado tanto él como Barack en su
política
Una
enorme ignorancia envuelve no solo a esta, sino también sus infinitas formas de
experiencias. Incluso las huellas digitales de los gemelos univitelinos,
nacidos de un mismo óvulo, se diferencian a lo largo de los años. No en balde
Estados Unidos, el país imperialista más poderoso que ha existido se autoengaña
al asumir como doctrina un párrafo de la Declaración Universal de Derechos
Humanos donde se afirma: “todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad
y derechos, y, dotados como están por naturaleza de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Nada
de eso puede ser ignorado. Hay muchas más cualidades en los principios
religiosos que los que son únicamente políticos, a pesar de que estos se
refieren a los ideales materiales y físicos de la vida. También muchas de las
obras artísticas más inspiradas nacieron de manos de personas religiosas, un
fenómeno de carácter universal.
Los
hombres de ciencia ocupan hoy un lugar privilegiado en los centros de
investigación, laboratorios y la producción de medicamentos destinados a la
salud humana, a vencer las distancias, concentrar las energías, perfeccionar
los equipos de investigación que puedan operar en la tierra y el espacio.
Alguien debiera poder explicar de forma sosegada por qué puede observarse desde
un observatorio a cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar una
estrella cuya luz tardó 12 mil millones de años luz; es decir, a 300 mil
kilómetros por segundo, en llegar a la tierra. ¡Una insólita medalla de oro!
¿Cómo puede explicarse eso, especialmente cuando se hace referencia a la unión
de las estrellas que según eminentes científicos dieron lugar a la teoría del
Big Ban?
¿Qué
quedaría después? Nadie podría, sin embargo, negar la afirmación de eminentes
científicos que tras decenas de años de rigurosos estudios arribaron a la
conclusión de que tales fenómenos son absolutamente posibles. Otro hecho de
notable trascendencia es que la posibilidad de estos fenómenos es absolutamente
real.
Es
en este punto que las religiones adquieren un valor especial. En los últimos
miles de años, tal vez hasta ocho o diez mil, han podido comprobar la
existencia de creencias bastante elaboradas en detalles de interés. Más allá de
esos límites, lo que se conoce tiene sabor de añejas tradiciones que distintos
grupos humanos fueron forjando. De Cristo conozco bastante por lo que he leído
y me enseñaron en escuelas regidas por jesuitas o hermanos de La Salle, a los
que escuché muchas historias sobre Adán y Eva; Caín y Abel; Noé y el diluvio
universal y el maná que caía del cielo cuando por sequía y otras causas había
escasez de alimentos. Trataré de trasmitir en otro momento algunas ideas más de
este singular problema.
No
olvidemos que este domingo habrá debate de candidatos. En la primera ocasión,
hace dos semanas, se produjo uno que causó conmoción. El señor Trump que se
suponía un capacitado experto quedó descalificado tanto él como Barack en su
política. Habrá que darles ahora una medalla de barro.
Fidel Castro Ruz
Octubre 8 de 2016
10 y 26 p.m.
Juventud
Rebelde: 10-10-16
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